Las condiciones del armisticio, significarían que sería levantado el sitio de Montevideo, y que el territorio de la Banda Oriental quedaría bajo el dominio de Elío.
La alarma causada por tales noticias fue muy grande. Se temía, principalmente, una intensa represalia contra los pobladores de la campaña, por su participación en la revolución. La actitud asumida po Elío al expulsar de Montevideo a todas las familias sospechadas de simpatizar con la revolución, así lo hacía presumir.
Ante tal situación, Rondeau convocó una reunión que se realizó en lo que se llamaba “La chacra de la paraguaya”, un pequeño establecimiento de campo de las afueras de Montevideo, que estaba ubicado en la zona de las actuales Avda. 8 de Octubre y Avda. Garibaldi.
Allí se formalizó una fuerte corriente de opinión, que Artigas relató en un oficio que escribió el 7 de diciembre de 1811, en el sentido de que si se concretaba el armisticio debía levantarse el sitio de Montevideo; y retirarse a otra posición más favorable para aguardar la llegada de las anunciadas fuerzas portuguesas, que avanzaban al sur desde el Brasil.
Artigas reconoció que por su posición de subordinado militar de la Junta de Gobierno de Buenos Aires estaba obligado a levantar el sitio; pero sostuvo una firme oposición al armisticio, que dejaba a la Banda Oriental en poder del dominador español o portugués.
Los vecinos presentes en la asamblea respaldaron la posición de Artigas, y anunciaron su disposición a continuar combatiendo contra el dominio extranjero; y considerando roto el acuerdo con la Junta de Buenos Aires - que Artigas posteriormente calificara de no haber sido “nunca expreso” - declararon estar celebrando un “acto de constitución social” y nombraron a Artigas como Jefe de los Orientales.
Este episodio puede considerarse como la primera manifestación de un sentimiento nacional de autonomía de los pobladores de la Banda Oriental; como entonces era designado el territorio al este del Río Uruguay y que en definitiva vino a conformar la República Oriental del Uruguay.
El sentimiento constitucional expresado el 10 de octubre de 1811, se vió ratificado poco después en otra asamblea realizada el 23 de octubre, sobre las márgenes del Río San José, en el vado del mismo denominado “Paso de la Arena”. Allí se formalizó una decisión de rechazo al armisticio, de continuar combatiendo contra los ejércitos español y portugués, y asimismo, de abandonar el territorio dando lugar a lo que constituyó el
éxodo del pueblo oriental.
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